• Cibalae (Pannonia Sup.), año 328 ♦♦♦♦ Adrianápolis (Tracia), 9 – Agosto – 378.

=========================================================

  Desde finales del Siglo III y principios del Siglo IV la partición del Imperio Romano ya se estaba gestando. Durante la Tetrarquía (286-324), encabezada por el Augusto Diocleciano, el Imperio fue dividido en dos grandes bloques, Oriente y Occidente, con cuatro prefecturas: Iliria y Oriente, y Galia e Italia; cada bloque estaba administrado por un Augusto y un César, total cuatro emperadores. Aunque cada gobernante era autónomo en sus territorios, los augustos prevalecían sobre los césares, y de entre los augustos, uno ejercía como decano; de esta forma, aunque el Imperio estaba fraccionado en cuatro zonas, seguía siendo un solo Imperio.

  En el año 324, tras la derrota en la Batalla de Crisópolis y posterior ejecución de Licinio -el Augusto de Oriente- por parte de Constantino, éste quedó como único Augusto de todo el Imperio. Constantino se mantuvo como singular Emperador de 325 hasta su muerte en 337; continuando con el sistema tetrarca de Diocleciano, parceló el Imperio en cuatro prefecturas: Gálica, Itálica, Ilírica y Oriental, poniendo a sus hijos y sobrinos, en calidad de césares, a cargo de las respectivas jurisdicciones.

  La Dinastía de Constantino -Constantino II, Constante y Constancio II- rigió el Imperio durante 24 años; época llena de conflictos entre hermanos y parientes para hacerse con el poder absoluto. En Noviembre de 361 fallecía el último de los “constantinos“, Constancio II, dejando a su primo, el aclamado Emperador de Occidente Juliano el Apóstata, como único gobernante de todo el Imperio (361-363); a Juliano II le sucedió el efímero Joviano.

  Muerto Joviano en extrañas circunstancias, después de siete meses de reinado, el ejército nombró Augusto a Valentiniano. Para hacer frente a todas las dificultades fronterizas, Valentiniano asoció como co-Emperador de Oriente a su hermano pequeño Flavio Valente; pero esta no fue una división territorial más, salvo algún conato, esta fue la partición definitiva del Imperio; puede decirse que a partir de 364 cada Imperio -Oriente y Occidente- iría por su camino.

Flavius Julius Valens.

  Flavio Julio Valente nació el año 328 en Cibalae, Panonia Superior, actual Vinkovci (Croacia) y murió, en batalla contra los godos, el 9 de Agosto de 378 (50 años) en Adrianápolis -Tracia-, actual Edirne -Turquía-.

  Valente era el hijo menor de Graciano el Viejo, de madre desconocida y hermano del Emperador Valentiniano. Valente era la antítesis de Valentiniano; mientras el primogénito se enroló adolescente en las legiones fraguando una gran carrera militar, Valente permaneció en el hogar atendiendo el negocio familiar y las labores del campo, por lo que su capacidad política y militar era prácticamente nulas; Valentiniano era de convicciones cristianas y Valente era ortodoxo. Según los eruditos, Valentiniano, a pesar de ser un tipo inteligente, disciplinado y, en ocasiones, bondadoso, tenía tramos de hombre tosco, irritable y maleducado; por el contrario, Valente era persona equilibrada y sosegada.

  En 357, Valente, contrajo matrimonio con Dominica, hija del Prefecto del Pretorio, mujer de fuerte carácter con la que tuvo dos hijas -Carosa y Anastasia- y un hijo: Valentiniano Galates, niño heredero que murió cuando aún no había cumplido cuatro años (366-370). Tras la muerte de Valente en Adrianápolis, Albia Dominica asumió el mando, como regente, de los pocos soldados que quedaban y movilizó a parte de la población civil para defender Constantinopla hasta la llegada, en Enero de 379, del hispano Flavio Teodosio -Teodosio el Grande-.

  La primera referencia de la vida pública de Valente aparece en 360 en tiempos del Emperador Juliano el Apóstata cuando participó, junto con su hermano, en la campaña contra los persas; en 364, una vez ensalzado Augusto por los mandos militares Valentiniano, Valente, que ya atesoraba el cargo de Protector Domesticus -seguramente más por influencia que por méritos propios-, fue llamado por el Emperador, a instancias del ejército, para vincularlo al trono. Después de unos meses de diarquía ambos líderes, reunidos en Sirmium, decidieron partir el Imperio: la división administrativa (funcionarios) y militar (soldados) se hizo a partes iguales; Valentiniano se hizo cargo de la zona occidental estableciendo la sede en Milán, y Valente de la oriental con capital en Constantinopla.

  El primer tropiezo del inseguro Imperio lo tuvo Valente a finales de verano de 365 cuando un pariente lejano de la dinastía de Constantino llamado Procopio, aprovechando que Valente se había desplazado a Capadocia, se hizo proclamar Emperador con el apoyo de paganos del círculo del difunto Juliano, sobornando las legiones acuarteladas en Constantinopla y con la ayuda de mercenarios godos.

  El golpe de estado tuvo éxito en las provincias de Tracia y Bitinia y el propio Valente estuvo tentado a abdicar, por su inexperiencia y por la falta de apoyo de Valentiniano que estaba inmerso en la lucha contra los galos; pero las mejores legiones estaban en Siria y eran leales a Valente, por lo que decidió ir al encuentro del usurpador Procopio. Después de cruzar Asia Menor, la confluencia se produjo en la Batalla de Tiatira (Abril de 366) donde las tropas de Procopio comandadas por el General Gomoarius fueron derrotadas; el fracaso del suplantador se debió a dos causas: la mejor preparación de las tropas de Valente y la deserción masiva de soldados de Gomoarius cambiando de bando. Procopio fue arrestado y ejecutado por decapitación (28 de Mayo de 366), su cabeza, a modo de trofeo, le fue enviada a Valentiniano que se encontraba en Tréveris.

Constantinopla (Dib. de Roger Payne).

  Después de la rebelión del expoliador Procopio y sus aliados, Valente entendió que los godos iban a ser un peligro constante. En 367 inició una campaña de escarmiento contra el líder visigodo Atanarico, un aliado de Roma en tiempos de Constantino que se había sumado a la sedición encabezada por Procopio; estas refriegas duraron tres años. En 369/370, Atanarico, que estaba siendo empujado por los temibles hunos, negoció un pacto con Valente que permitía a los godos establecerse en las provincias de Tracia y Moesia; a cambio, Atanarico, que exigió ser reconocido Rey de los visigodos, aportaría mano de obra y soldados para las legiones. El tratado, en un principio, fue ventajoso para Valente, aunque no por mucho tiempo.

 Solventado el problema de la frontera del Danubio, Valente se desplazó hacia Oriente (371) estableciendo la residencia temporal en Antioquía -Lidia-. La intención de Valente era minimizar el armisticio pactado por su antecesor Joviano con el Rey persa Sapor II aprovechando los conflictos internos de los sasánidas. Armenia, respetando el pacto entre Sapor y Joviano, estaba bajo la regencia de Papas, un Rey aliado de Roma, asunto que no era del agrado de Sapor; para evitar una conflagración entre romanos y persas, Valente y Sapor II concertaron una tregua de no agresión por un período de cinco años; lustro que cada estadista utilizaría para sus intereses: Sapor II para debilitar al Rey armenio y hacerse con la región, y Valente, para fortalecer las debilitadas legiones a base de los inmigrantes godos establecidos en Tracia y Moesia. Estos fueron, salvo algunas trifulcas fronterizas, los únicos años relativamente pacíficos del reinado de Valente.

  En 376, cumplidos los años de concordato con el Rey Sapor, Valente se dispuso a preparar una expedición contra los sasánidas, pero tuvo que cambiar de planes; la entrada masiva de godos a través del Danubio más los inhumanos tratos a que estaban siendo sometidos por parte de los nobles romanos, que los utilizaban como esclavos para enriquecimiento propio, habían convertido la región en un hervidero de sublevaciones por parte de los bárbaros, etnia que contaba con un nuevo líder: Fritigerno, visigodo que había sido aliado de Valente contra el usurpador Procopio y ahora iba a ser su verdugo.

  Las legiones asentadas en la parte sur del Danubio no pudieron hacer frente a los altercados; Valente, que aún se encontraba en Antioquía, recibió a una delegación de jefes godos con los que acordó entregarles tierras a cambio de que abandonaran las armas y suministraran hombres para el ejército romano, pero el acuerdo quedó roto a principios de 378 cuando nuevas avalanchas de visigodos, alanos y hunos traspasaron el Danubio; la guerra por el dominio de los Balcanes era un hecho.

  Valente reunió todas las tropas de Oriente y desde Constantinopla, con un ejército de 30.000 hombres entre romanos y mercenarios, fue al encuentro de los ocupantes bárbaros que los doblaban en número; la mejor y disciplinada preparación de las legiones, en un principio, dio ventaja a los romanos, pero en el desenlace final la ágil caballería de hunos y alanos sorprendió a las legiones romanas cerca de Adrianápolis el 9 de Agosto de 378: Batalla de Adrianápolis, contienda que resultó ser una carnicería para las huestes de Valente. Los mercenarios godos cambiaron de bando y los romanos perdieron la mayor parte del ejército; el propio Valente, aunque nunca se encontró el cadáver, falleció en la refriega. Hay varias versiones sobre la muerte del Emperador, la más divulgada dice que Valente se refugió, herido por una flecha, en una cabaña a la que los godos la prendieron fuego con él dentro.

  Durante el interregno, Agosto de 378 a Enero de 379, la esposa de Valente, Albia Dominica, ejerció como Emperatriz del Imperio de Oriente.

===============================================================
©TruttaFario______El Arenal, XV – VIII – MMXIV
===============================================================
Fuentes:
Francesco Bertolini, Isaac Asimov, Edward Gibbon, Indro Montanelli.
Encyclopedia Britannica.
Wikipedia.