VITELIO, Aulo Vitelio Germánico ————- (Abril – 69 * Diciembre – 69)

  • Roma, 24 – Septiembre – 15   ♠♠♠♠   Roma,  22 – Diciembre – 69.

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 Con el suicidio de Marco Salvio Otón, el 15 de Abril de 69, parecía finalizada la primera guerra civil de la época imperial; una contienda que estaba debilitando al mejor y más poderoso ejército del mundo. El Senado no se decantaba por uno u otro Príncipe, lo que la Curia quería, era un Imperator que diera estabilidad a las legiones y que fuera respetado por los gobernadores de las Provincias.
Parecía que Aulo Vitelio era la persona llamada a dar ese equilibrio al Imperio: hombre de mediana edad, 54 años, apreciado por sus legiones, las tenía consentidas, era muy permisivo durante los saqueos de los pueblos conquistados; pero el asunto comenzó mal cuando aprobó que la soldadesca se orinara sobre la tumba de su rival Otón, a los enemigos hay que respetarlos y, si han muerto defendiendo una causa, más. Los tribunos del derrotado comentaron que Salvio Otón se quitó la vida para evitar un inútil derramamiento de sangre, y no por cobardía; muchos fueron los hombres de Otón que desertaron, huyendo despavoridos y arrasando todo lo que encontraban en su camino. Mientras, en la capital esperaban al nuevo Emperador para ser bendecido por el Senado.

Aulus Vitellius Germánicus

  Aulo Vitelio Germánico nació en Roma el 24 de Septiembre del año 15 d.C. y murió, asesinado por soldados leales a Vespasiano, en Roma el 22 de Diciembre de 69. Al contrario que sus antecesores, los orígenes de Vitelio eran de clase media. Su padre y su abuelo formaron parte de la administración y política romana, pero no estaban emparentados con ninguna de las poderosas familias  republicanas o imperiales.
Su madre, Sextilia, mujer perteneciente a las familias acomodadas de Roma; su padre, Lucio Vitelio, hombre de dudosa lealtad que fue Cónsul y Gobernador de Siria en tiempos de Tiberio (año 35), cuando éste murió, se sumó a la causa de Calígula y al ser asesinado Calígula, pasó a formar parte del círculo de Claudio, época en la que volvió a ser Cónsul en dos ocasiones; seguramente, también perteneció al grupo de amantes de la ninfómana Mesalina, la esposa de Claudio.

  La niñez de Vitelio estuvo siempre muy ligada a los hombres del poder, debido al estatus que su padre Lucio ocupó en la corte durante el “reinado” de la dinastía Julio-Claudia; fue contemporáneo de Calígula, con el que estuvo en la isla de Capri formando parte de los protegidos de Tiberio. Su complexión, un tanto voluminosa y su carácter abierto, le daban el aspecto de joven bonachón, tolerante y sencillo.
La vida política y militar de Aulo Vitelio transcurrió bajo el imperio de Claudio, Cónsul y Procónsul en África, y Legado (General con categoría de Senador) bajo el reinado de Nerón. En el año 68, después de ocupar diversos cargos administrativos y políticos en Roma, el Emperador Galba le asignó el gobierno de Germania Inferior.
En Enero de 69, cuando Galba fue asesinado, los dos comandantes de Vitelio (Aulo Cecina y Fabio Valente) persuadieron a éste para que acudiera al campamento, donde fue vitoreado Emperador por sus legiones; pero el tema era complicado, en Roma el Senado ya había sancionado Imperator a Otón: la contienda por el poder estaba en marcha. Las primeras escaramuzas corrieron del lado de Otón; la inexperiencia y excesiva confianza le jugó una mala pasada, siendo derrotado por las legiones de Vitelio en la Batalla de Bedriacum (14 de Abril de 69, cerca de Verona). Ante tal deshonra, el joven Emperador Otón se retiró a su praetorium, donde se quitó la vida. El 19 de Abril de 69 entraba en Roma Aulo Vitelio Germánico, siendo proclamado Emperador por el Senado.

Sestercio con la efigie de Vitelio.

  Vitelio podía haber sido un buen Emperador, era inteligente, no era un tirano y tenía un carácter agradable. Con buen criterio, apostó sus legiones cerca de Roma (50.000 hombres), sin olvidarse de entregar un generoso donativo a los pretorianos, y envió el resto a Hispania, Galia y Germania, de donde habían venido; pero tenía dos grandes defectos: demasiado flexible con el ejército, de hecho, dejó el poder en manos de sus comandantes Cecina y Valente; y una excesiva afición por la gula y el derroche. Corrían rumores de que en una sola bacanal de sexo y glotonería, había desembolsado 1.000.000 de sestercios (el sueldo aproximado de un legionario era de 300 sestercios, un sestercio equivalía, más o menos, a 1.50 €). Tanto despilfarro y ostentación no era del agrado del Senado, ni del ejército, ni, por supuesto, del Pueblo. Para hacer frente a este dispendio, Vitelio, expolió a las clases acomodadas y centuriones y soldados se dedicaron a desvalijar a humildes comerciantes; la ciudad estaba inmersa en una situación de pillaje consentido. La expectativa de raciocinio que había despertado el voraz Vitelio se derrumbó con este comportamiento, el descontento popular era enorme y pronto se hizo sentir en todo el Imperio.

  Las noticias de la anárquica situación que vivía la ciudad se hicieron eco en la zona Oriental. Las legiones de Oriente, sumidas en una continua lucha para someter y pacificar las provincias de Siria y Judea, no entendían la degradación en la que había entrado el sistema imperial; cambiando de Príncipe cada corto tiempo, sin ser consultados. El 1 de Julio de 69, las legiones de Egipto invistieron Emperador al veterano General Tito Flavio Vespasiano; sin demora, se unieron a la causa los gobernadores de Siria, Judea y el Prefecto de Alejandría, más las tropas europeas de Dalmacia, Mesia, Panonia e Iliria ( parte de Hungría, parte de Austria, antigua Yugoslavia y Albania).

  Cuando las legiones de la Galia y Germania, ninguneadas por Vitelio después de la caída de Otón, conocieron los datos del golpe de Estado, se sumaron a la rebelión poniéndose a las órdenes de Marco Antonio Primo: un militar treintañero originario de Tolosa (Toulouse) comandante de la 7ª Legión Galbiana. En principio, el encargado de someter a Vitelio era el Gobernador de Siria: Cayo Licinio Muciano, pero el ansia de venganza de las legiones germanas, hizo que los soldados se dirigieran a Roma sin esperar la llegada del enviado de Vespasiano. Al encuentro de Marco Antonio Primo, envió Vitelio a su comandante Aulo Cecina; mientras, el otro hombre fuerte del ejército del Emperador, Fabio Valente, reclutaba toda clase de hombres para la defensa de la ciudad. El choque, Octubre de 69, entre Primo y Cecina se produjo cerca de Cremona, mismo lugar donde Vitelio había derrotado a Otón, dando nombre a La Segunda Batalla de Bedriacum. La refriega se puso rápido del lado de Primo, obligando a Cecina a entregarse y unir sus fuerzas a las tropas rebeldes.

Muerte de Aulo Vitelio por soldados de Marco Antonio Primo, leales a Vespasiano.

 Después de la victoria de Primo, los soldados, aún deseosos de venganza, expoliaron y quemaron la ciudad de Cremona. Sin ninguna milicia que le obstaculizara, marcharon sobre Roma, saqueando todas las poblaciones y villas que encontraban en su camino. En la capital, prácticamente, no hallaron resistencia; los que no habían desertado, se unieron a los insurgentes. El 22 de Diciembre de 69 se localizó a Vitelio en una humilde vivienda, donde fue asesinado y decapitado, paseando, soldados y plebeyos, su cabeza insertada en una pica,  por toda la ciudad; el mismo día, la Curia sancionó Emperador a Tito Flavio Sabino Vespasiano. Hasta la llegada a Roma de Vespasiano (mediados del año 70), el poder imperial estuvo, primero, en manos de Marco Antonio Primo y luego, de Cayo Licinio Muciano.

  La entronización de Vespasiano dio por finalizada la guerra civil, estabilidad al Imperio y el origen de una nueva dinastía de Emperadores: los Flavios.

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©TruttaFario COMPLVTVM,  XIV – II – MMXII
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Fuentes:
Theodor Mommsen, Francesco Bertolini, Isaac Asimov, Indro Montanelli.
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