CLAUDIO, Tiberio Claudio Druso ———— (Enero – 41 * Octubre – 54)

  • Lugdunum, 1-Agosto-10 a.C.  ♣♣♣♣  Roma, 13-Octubre-54

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  Los desmanes y excentricidades de Calígula habían tocado fondo, su tiránica locura no tenía límites; disfrutaba con el despilfarro y el dolor ajeno. En el año 40 comenzaron las conspiraciones para eliminarlo, las dos primeras fracasaron y todos los implicados en el intento de magnicidio fueron torturados y ejecutados. El tercer ensayo fue el definitivo: un complot elaborado por senadores, equites (caballeros) y algunos miembros de la Guardia Pretoriana. La fecha elegida para el homicidio fue el 24 de Enero del año 41; día que se celebraban los Juegos Palatinos o Augustales, en honor al Emperador Octavio Augusto. Los hombres designados para la ejecución eran Tribunos del Pretorio: Cornelio Sabino y Casio Querea; este Querea, también tenía motivos personales para la venganza: era constantemente ridiculizado por Calígula debido a su extraña voz, estridente y afeminada.

Claudio proclamado Emperador por la Guardia Pretoriana.

  En una angosta galería de palacio, el Tribuno Querea, con la excusa de darle la contraseña del día, se acercó a Calígula asestándole varias estocadas; mientras, otros pretorianos se ocupaban del resto de la familia y de los soldados leales al Emperador; la sangría fue espeluznante. Por los corredores se escuchaban los gritos de: “¡muerto el tirano!”, “¡Roma es libre!”. Cuando la noticia llegó a la Curia, los senadores se apresuraron a restablecer la ansiada República; esto es lo que el Senado y el Pueblo querían, pero los pretorianos no estaban dispuestos a perder sus privilegios imperiales; en su recorrido por palacio, gladius en mano, encontraron detrás de unas cortinas a un asustadizo y temeroso personaje: Tiberio Claudio Druso, el tío de Calígula, el pariente “idiota” de la estirpe. Para la Guardia Pretoriana era el Emperador ideal; un hombre-figurilla al que manipular a su antojo, nada más lejos de la realidad. Fue llevado, Claudio, al cuartel general del pretorio donde se le proclamó Emperador; previamente les había donado un generoso estipendio. Al Senado no le quedó más recurso que aceptar la decisión de la poderosa Guardia Pretoriana. Al día siguiente, Claudio, entró en la ciudad flanqueado por los pretorianos como el cuarto Emperador de Roma, el cuarto de la dinastía Julio-Claudia.

Tiberius Claudius Drusso Nero Germánicus : CLAUDIO.

 Tiberio Claudio Druso Nerón Germánico nació en Lugdunum (Lyon, capital de la Galia Lugdinensis; fue el primer Emperador nacido fuera de Italia), el 1 de Agosto del año 10 a.C. y murió, envenenado, en Roma el 13 de Octubre del año 54 (64 años). Claudio era hijo de Nerón Claudio Druso, el hermano pequeño de Tiberio, y de Antonina la Menor, hija de Marco Antonio; por ello, era nieto materno de Marco Antonio y nieto paterno de Livia Drusila.

   La niñez de Claudio fue siempre una carga para su madre Antonina, un muchacho físicamente defectuoso: cojo, tartamudo y babeante; en círculos íntimos hablaba de él  como si fuese un engendro, comparándolo con su espigado hermano Germánico y su fornido padre Druso. Ya en la adolescencia, empezó a dar claros síntomas de que sus defectos físicos nada tenían que ver con su capacidad cerebral; el tiempo que los jóvenes nobles de su época lo dedicaban en el cursus honurum, del cual él estaba exento, Claudio lo empleaba en los estudios: medicina, astronomía, griego, filosofía y, sobre todo, historia; llegando a realizar sus propios compendios, apoyando los valores republicanos y criticando, en cierta medida, el sistema imperial. Este tipo de tratados no gustaron nada en la Corte, sobre todo a su abuelo adoptivo, el Emperador Octavio Augusto; hay que tener en cuenta que Claudio descendía, por parte de madre, directamente del republicano Marco Antonio. También realizó algunos trabajos históricos acerca de la antigua civilización etrusca y la desaparecida República de Cartago; estos análisis debieron ser muy interesantes, porque hasta el gran Tito Livio adulaba sus obras.

  En el año 14, tras la muerte de Octavio, solicitó al nuevo Emperador, su tío Tiberio, poder realizar el cursus honurum, para así formar parte de las magistraturas del Estado; nuevamente le fue denegado. Aunque su talento para las ciencias era evidente y su facultad lingüística había mejorado de forma notable, el aspecto físico era el de un retardado. Durante todo el reinado de Tiberio estuvo deambulando, marginado, metido en su mundo: no parecía importarle a nadie y esto, en el futuro, le salvó la vida. Con la muerte de Tiberio en el año 37, Calígula, lo asoció al consulado y fue nombrado Senador; teniendo en cuenta el carácter cruel del nuevo Emperador, este nombramiento supuso para Claudio una humillación, ya no sólo era el bufón de la Corte, era también, motivo de mofa en el Senado; las veces que Calígula acudía a dicho estamento, lo hacía para burlarse constantemente de su tío. Los cuatro años de Imperio de Calígula, fueron los peores  en la vida de Claudio: a su ya reconocido complejo de inferioridad, hubo que sumarle cierto estado de depresión a causa de la excesiva chanza a la que estaba sometido.

Valeria MESALINA y su hijo Tiberio Claudio Británico

   La vida sentimental de Claudio tampoco fue muy afortunada, se casó cuatro veces y no tuvo suerte con ninguna de las consortes, quizá, porque todo fueron enlaces por motivos políticos o de parentesco. El primer casorio fue con Plaucia Urgunalina, hija de una amiga de su abuela  Drusila: tenía Claudio 19 años y la unión duró 15; un matrimonio distante y lleno de infidelidades del que nacieron un hijo (Claudio Druso, falleció adolescente) y una hija, Claudia, que nació después que se hubieran divorciado; por lo que, Claudio la repudió aduciendo adulterio. La segunda unión (38 años), por orden de Tiberio, con Aelia Paetina, hermana del Prefecto Sejano. Esto fue un apaño estrictamente político que duró dos años y medio: cuando Sejano murió ejecutado por exigencia de Tiberio, Claudio se divorció; de este vínculo nació una hija, Claudia Antonia. En el tercer casamiento, acaecido en 38, Claudio ya contaba con 48 años y, la elegida era una niña (13 años) enferma de hipersexualidad, ninfomanía: Valeria Mesalina. En los siete años (41-48) que, Mesalina, ejerció de Emperatriz junto a Claudio estuvo colmada de caprichos, e influyó en gran medida en muchas de las decisiones del Emperador. En uno de los viajes de Claudio, Mesalina aprovechó para casarse con el Cónsul Cayo Silio, cometiendo bigamia; entre su adicción al sexo y esta afrenta, Claudio se había convertido en el hazmerreír de Roma. En el año 48, Claudio mandó ejecutarla cortándola la cabeza. Muchas anécdotas se han escrito acerca de la vida de Mesalina, pero lo cierto, es que era una enferma y cuando murió, tenía 23 años. Mesalina y Claudio tuvieron dos hijos: Claudia Octavia y Tiberio Claudio Británico. Las cuartas nupcias acontecieron al año siguiente (49), y la elegida era una hermana de Calígula, su sobrina Vipsiana Agripinila: mujer 25 años más joven que él, Claudio tenía 59 y Agripinila 34; de este enlace, Claudio, no tuvo descendencia, pero Agripinila ya aportaba un joven vástago de su primer matrimonio con el Cónsul Cneo Domicio Ahenobardo: Nerón.

Emperador CLAUDIO (actor Derek Jacob

   Cuando Tiberio Claudio César Augusto Germánico (nombre imperial) accedió al trono ya tenía 51 años, un hombre sin práctica militar y, teóricamente, sin experiencia política. Pero en su vagar por la corte, y dada su condición de “tonto”, se había ilustrado de forma significativa; fue el único soberano que conoció a todos los Emperadores de la dinastía Julio-Claudia: a Octavio, Tiberio, Calígula y a su sucesor Nerón. La primera medida, una vez Emperador, fue ordenar la ejecución del Prefecto Casio Querea, el regicida de Calígula: una muerte digna, con su propia espada; esto era un aviso, Claudio no iba a permitir ciertas licencias a los mandos del Pretorio. La segunda disposición la hizo con el Senado, emulando a Octavio; se mostró ante ellos diciendo que él sólo era el primer ciudadano de Roma, presentándoles sus respetos; de hecho, en la curia, se sentaba entre los patres como un senador más: se había ganado la consideración del Senado y el aprecio del Pueblo.

  En materia militar, continuó con la política no demasiado expansionista, pero afianzadora, de Tiberio; en 42 resolvió el problema de Mauritania que se había quedado sin Rey desde que Calígula hiciera ejecutarlo, Claudio la convirtió en provincia romana, en lugar de ser un reino satélite. En 43 anexionó para el Imperio, Licia (sudoeste de Asia Menor) y en 46, hizo lo propio con Tracia, al Norte del Mar Egeo. La mayor empresa castrense de la época de Claudio, fue la conquista de Britania; ya lo había intentado Cayo Julio César (54 a.C.), pero entonces las tribus galas (celtas, belgas…) aún eran problemáticas. Un siglo después, y toda vez que la Galia estaba totalmente pacificada, la tentativa no se antojaba difícil. Allí acudió el General Aulio Plaucio al mando de cuatro legiones, más tropas auxiliares galas y el apoyo de algún jefe local, total, 60.000 hombres: obteniendo una gran victoria y estableciendo el límite de la provincia Britania, en Londinium (Londres), a orillas del Támesis. Tal fue la alegría de Claudio, que se desplazó hasta el lugar para festejarlo con sus legiones; con la comitiva les acompañaban algunos elefantes, era la primera vez que los paquidermos pisaban la isla. De regreso a Roma celebró un Triunfo y, el Senado le otorgó el título de “Británico”; pero lo rehusó en beneficio de su hijo Claudio Tiberio Germánico, que pasó a llamarse Tiberio Claudio Británico.

 Pero las obras más importantes llevadas a cabo por Claudio no fueron militares, sino civiles. La primera tarea, fue la construcción de un gran puerto en la desembocadura del Tíber; algo de lo que Roma ya estaba muy necesitada debido al trasiego comercial. Aún más importante, fue la edificación de dos acueductos para la ciudad: el Aqua Claudia y el Anio Novus; el abastecimiento de agua potable había dejado de ser un problema. Otra pasión en la que puso todo el empeño, fueron las comunicaciones; Claudio, tenía claro que el mejor sistema para controlar el vasto Imperio, era una buena red de infraestructuras, por ello, se hicieron grandes inversiones en calzadas, carreteras y vías pecuarias. En tema propiamente humano, también realizó algunas reformas trascendentes: suavizó, en cierta medida, el trato que se daba a los esclavos; un cautivo no podía ser asesinado por vejez o enfermedad, si ya no valía para las funciones encomendadas, se le dejaba libre; claro, que esto era relativo, en la mayoría de los casos, se convertían en vagabundos que morían de inanición. En la Curia también hizo una modificación importante: no era obligatorio ser romano para acceder al Senado, podían serlo ciudadanos de otras provincias, por ejemplo, de la Galia, de donde él era oriundo.

  El ambiente familiar y palaciego de Claudio nunca fue el más adecuado, lleno de intrigas y conspiraciones, cediendo en muchas ocasiones a los antojos de sus mujeres; a todo esto, hay que sumarle sus complejos y falta de entereza en algunas decisiones. No obstante, supo ser humilde y aceptar los consejos del hombre más sabio del momento, Lucio Anneo Séneca. La suerte que no tuvo con los casorios, si la poseyó del ejército; contó con la lealtad de los mejores generales: Paulino en Mauritania, Plaucio en Britania y Corbulón en Germania; y esto, en la Roma Imperial, era la clave del éxito.

Amanita Phalloide

     La afición culinaria de Claudio, sobre todo por las setas, era bien sabido por su esposa Agripinila, y esto, le llevó a la tumba. En un principio, el sucesor imperial era Británico (hijo de Mesalina y Claudio), pero la idea de Agripinila era otra, colocar en el trono a su hijo Lucio. Tres fueron los miembros a los que, hábilmente Agripinila, indujo para emponzoñar a Claudio: el catador Halotus, el médico Jenofonte y la envenenadora Locusta; de esta forma, la arpía esposa se mantenía al margen. La sagacidad de la cocinera debió ser impresionante a la hora de dosificar la pócima, de otra manera, el esclavo y catador Halotus habría dado claros síntomas del envenenamiento. Varios días después, empezaron las diarreas y los vómitos sanguinolentos ante la pasividad del médico Jenofonte, achacando el trastorno a una vulgar indigestión. El 13 de Octubre de 54 moría Claudio, su esposa Agripinila se apresuró a dar órdenes a la Guardia para que proclamaran Emperador a su hijo, un joven de 17 años: Lucio Domicio Ahenobardo, “Nerón”.

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http://editorialcirculorojo.com/cronologia-del-imperio-emperadores/

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©TruttaFario…………COMPLVTVM, XI – XII – MMXI
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Fuentes:
Robert Graves, Isaac Asimov, Francisco Bertolini, Indro Montanelli.
Wikipedia, Coogle.