PROBO, Marco Aurelio Probo ———– (Septiembre – 276 * Octubre – 282)

  • Srijem (Panonia), 19 – Agosto – 232 ♥♥♥♥ Srijem (Panonia), Octubre, 282.

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  Quizá el Senado de Roma (los componentes de la Curia que por última vez tuvieron la ocasión de elegir Emperador), al ser aniquilado Lucio Domicio Aureliano tenían en sus mentes el reverdecer de un nuevo linaje de Príncipes otorgando el manto púrpura al venerable Marco Claudio Tácito, como ya ocurriera en el 96, cuando los senadores pusieron en el trono a Marco Coceyo Nerva después del asesinato del cruel Tito Flavio Domiciano. Aureliano había dejado el Imperio en una situación más que aceptable incorporando al vasto reino las emancipadas zonas del Imperio Galo y Reino de Palmira, territorios que se habían desmarcado del control de Roma 24 años antes; también en temas económicos y civiles había dado cierta estabilidad instaurando una nueva moneda y eliminando burócratas corruptos.

  Tácito estaba llamado a conducir, como ya sucediera antaño con Nerva, una especie de transición, abonar el terreno en espera de que surgiera un líder capaz de mantener un orden político y militar en todo el Imperio; pero Tácito, no tenía el temple ni la sabiduría de Nerva: era demasiado viejo y había aceptado el cargo a regañadientes, en los exiguos seis meses que estuvo en el poder poco pudo hacer, como escribió el historiador F. Bertolini: “El infeliz Tácito murió de disgusto”. Le sucedió, aclamado por sus legiones, su medio hermano Floriano, un hombre sin carisma y, prácticamente, desconocido en Roma; mientras tanto, el ejército de Oriente ensalzaba a un joven militar de prestigio: Marco Aurelio Probo. Los soldados afincados en Asia Menor dieron muerte a Floriano y se unieron a Probo.

Marcus Aurelius Probus

Marcus Aurelius Probus

  Marco Aurelio Probo nació en Srijem, Panonia Inferior (actual Syrmia -Sremska Mitrovica-, en la región serbo-croata) el 19 de Agosto de 232 y murió, asesinado por sus soldados, a últimos de Septiembre o primeros de Octubre de 282 en el mismo lugar que vino al mundo. . Los orígenes de Probo, igual que los del resto de Emperadores Ilirios, no están nada claros; en algunos escritos aparece como hijo de un militar de rango medio de nombre Dalmacio, otros señalan que descendía de una humilde familia de hortelanos. Del mismo modo que su paisano el Emperador Aureliano, ingresó en el ejército a edad temprana y su progresión fue meteórica; en época del Emperador Valeriano ya era Tribuno Militar con tan sólo 20 años. La carrera militar de Probo debió ser intachable, reconocida, incluso, por sus contemporáneos castrenses; todas las misiones que le fueron encomendadas a lo largo de las fronteras del Imperio, tanto por el Norte contra francos y alamanes como por el Este frente a godos y sármatas, se contaban con exitosos triunfos; ya en tiempos de Aureliano era el General con más prestigio en todas las provincias del Imperio, por lo que fue enviado a la conflictiva zona oriental, donde sería Gobernador de Siria cuando Tácito llegó al trono, para sujetar las acometidas de los siempre indómitos persas.

  Desaparecido Tácito, las legiones de Oriente aclamaron Emperador a Probo. Seguramente, Probo, no ambicionaba el trono, se encontraba a gusto en el ejército, querido y respetado por sus hombres sabía que con el poder imperial se fraguarían los enemigos, él gustaba de luchar contra los adversarios de Roma y no contra conspiradores; aceptó el cargo ante la insistencia de que era el único hombre capaz de poner orden en las fronteras. Se desembarazó, con cierta facilidad, de su débil contrincante Floriano y marchó a la capital donde fue sancionado Emperador.

  El Emperador Probo se propuso dar un nuevo impulso en la Administración del Estado separando de manera drástica el poder civil del militar; de esta forma, el Senado tenía todo tipo de competencias a la hora de designar Procónsules, Legados y Gobernadores; también, los Patres, tenían la autoridad en materia judicial y económica, es decir, toda la potestad civil quedaba en manos del Senado, pero la elección del Imperator era una decisión, única y exclusiva, del ejército. El Senado de Roma, en los próximos 194 años que le quedaban al Imperio de Occidente, nunca más tuvo la prerrogativa de elegir Emperador.

Capitales de las Provincias del Imperio Romano.©

Capitales de las Provincias del Imperio Romano.(©)

  Los seis años en los que Probo asumió las riendas del Imperio fueron, casi exclusivamente, una lucha constante en todas las fronteras: por el Norte, por el Este y por Oriente. Desde Roma pasó por la Galia haciendo retroceder los asentamientos germanos (francos y alamanes), que seguían empeñados en ocupar el Occidente europeo, más allá del Rin; reconstruyó nuevas líneas de defensa desde Ratisbona (Regensburg -Baviera-) a Moguntiacum (Mainz -Renania-), hizo infinidad de prisioneros a los que obligó a enrolarse en las filas de las legiones y forzó a los pueblos colonizados a pagar unos tributos excesivos. Posiblemente, Probo, en su afán colonialista, dejando asentamientos en las zonas fronterizas a base de veteranos procedentes de las tribus bárbaras, cometió el error garrafal de “germanizar” estos territorios, perdiendo el original sentido romano y latino de los grandes momentos del Imperio.

  Por el año 279, emprendió una campaña por Asia Menor contra los isaurios, pueblo que se había declarado libre negándose a tributar a las arcas de Roma; les infligió un severo castigo y dejó apostados en la comarca grupos de veteranos como hiciera con los bárbaros en las riberas del Rin. Solventado el asunto con los rebeldes isaurios, marchó a la provincia de Siria, y utilizando su nada despreciable capacidad política, firmó un tratado con los persas con el fin de respetar las fronteras y evitar otra guerra. También en Egipto, que seguía siendo el productor de trigo del Imperio, surgieron problemas cuando partidas de guerreros procedentes de Eritrea y Etiopía intentaron penetrar en la provincia; Probo, sin demasiados contratiempos, rechazó a los invasores.

Sexto Julio Saturnino

Sexto Julio Saturnino.

  Parecía que las cuestiones con los expoliadores estaban, relativamente, zanjadas. Ante la ociosidad que el vasto ejército disfrutaba en tiempos de paz, a Probo, se le ocurrió la feliz idea de ocupar a las legiones en tareas civiles: remodelación de calzadas, de acueductos, cultivo de vides y árboles frutales…, este tipo de dedicación creó un malestar constante entre la soldadesca y pronto surgieron los usurpadores, que alentados por el descontento de sus hombres, intentaron disputar el trono a Marco Aurelio Probo.

  El primer sublevado fue Sexto Julio Saturnino en 280; un galo originario de Mauritania que se había destacado como gran político y militar en tiempos de Aureliano, desempeñó importantes misiones en la Galia y restableció el orden en algunas zonas de Hispania. Con la llegada al trono de Probo, se le asignó el gobierno de la provincia de Siria. Aunque Saturnino insistió en ser leal al Emperador, del cual se consideraba amigo, sus oficiales lo obligaron a que aceptara la púrpura. De forma reiterativa, Probo le invitó a abdicar de su actitud sediciosa; al no recibir respuesta, tropas imperiales marcharon contra el rebelde que, refugiado en Apamea, no ofreció ninguna resistencia y fue, seguramente, asesinado por sus propios hombres.

Próculus.

Próculus.

  El segundo insurgente fue un tal Próculo, un terrateniente y tratante de esclavos de Liguria. Próculo fue aclamado Emperador por sus hombres estando de General en Lugdunum (Lyon); en principio no se tomó en serio la proclamación. Las insurrectas legiones de Galia Lugdunense insistieron para que accediera al trono; envalentonado, Próculo armó a dos millares de esclavos y buscó el apoyo de los francos. Pero los bárbaros desistieron de secundar la rebelión, de momento, no querían problemas con Roma después de las últimas refriegas; los francos arrestaron a Próculo y se lo entregaron a Probo. El Emperador hizo ejecutar al levantisco respetando la vida y los bienes de sus familiares, a los que hizo jurar lealtad a Roma.

Galo Quinto Bonoso.

Galo Quinto Bonoso.

  El tercer amotinado era un hispano llamado Galo Quinto Bonoso. Bonoso, que había recibido una exquisita educación militar, tuvo un comportamiento razonable al principio de su carrera en el ejército; pero según fue escalando posiciones, se fue volviendo un crápula, un impúdico: se jactaba de haber desvirgado más de 100 esclavas en una quincena, y como apunta el nada fiable historiador Flavio Vopisco: “disoluto y borracho“, un hombre que estaba más tiempo ebrio que sobrio. Estando al mando de las legiones en Colonia, fue derrotado por los alamanes e incendiada la flota que debía custodiar; ante el temor a las represalias de Probo, se autoproclamó Emperador, pero se encontraba solo, y ante tal desamparo, se suicidó ahorcándose en un árbol.

  Parecía, que una vez eliminados los conspiradores, el Emperador Marco Aurelio Probo iba a respirar tranquilo, pero no fue así; el descontento entre los soldados continuaba en aumento, el hecho de utilizarlos para trabajos, que según ellos deberían hacer esclavos y campesinos, los tenía en pie de guerra. Estando los miembros de una legión realizando trabajos de drenaje en un pantano en Sirmium, tierra natal del Emperador y que estaba de visita dirigiendo las obras, un grupo de exaltados soldados asesinaron a Probo. Estos magnicidas fueron ejecutados por orden del jefe de La Guardia Pretoriana, el que sería nuevo Emperador: Marco Aurelio Caro.

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©TruttaFario___El Arenal, XXV – IV – MMXIII
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Fuentes:
Francesco BertoliniIsaac AsimovTheodor MommsenEdward Gibbon.
Historia Augusta.