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 . El origen del Imperio Romano, como tal, se establece en el año 27 a.C. con la llegada al poder de Octavio Augusto después del Segundo Triunvirato, el formado por Marco Antonio, Lépido y Octavio. Todos los emperadores, salvo alguna excepción, tuvieron consortes que hicieron la labor de Emperatriz; aunque esto era una función que no estaba institucionalizada: cuando el Emperador desaparecía, la esposa era apartada de la corte, en otros casos exiliada y en los más extremos, si el Augusto había sido un crápula, ejecutada. Durante los 503 años (27 a.C.-476 d.C.) que duró el Imperio Romano de Occidente algunas de estas mujeres pasaron totalmente desapercibidas, otras en cambio, jugaron un papel irrefutable; también hubo otras, como ocurrió con políticos, militares, juristas, sabios…, que sin estar ligadas directamente al poder, fueron determinantes.
. Siguiendo este patrón, la primera Emperatriz fue Livia Drusilla, la tercera esposa de Octavio; pero el embrión de la época imperial, que vino precedido de un magnicidio (el de César) y una guerra civil (Marco Antonio y Octavio), se produjo con dos de los personajes más relevantes de la Historia de Roma: el Dictador Cayo Julio César y su sobrina Atia Balba Cesonia.

Atia Balba Cesonia. Actriz Polly Walker (serie tv. «Rome«)

. Atia Balba Cesonia nació, probablemente, en Roma en el año 85 a.C. y murió en Roma en el año 43 a.C., 42 años. Cesonia era hija de un patricio, que fue Pretor y Gobernador de Cerdeña, llamado Marco Atio Balbo y de Julia Caesaris Menor, hermana mayor de Julio César. Atia Balba Cesonia era la segunda de tres hermanas: Atia Balba Prima, Atia Balba Secunda (Cesonia) y Atia Balba Tertia (tria nomina).
. Cesonia permaneció la mayor parte de su vida en la corte de Roma. A los 15/16 años contrajo matrimonio con Cayo Octavio Turino, un militar 15 años mayor que ella que había pasado por las más importantes Magistraturas del Estado: Edil, Cuestor, Pretor, Tribuno, Senador y, por último, Gobernador de Macedonia; en el año 59 a.C., Turino moría en un viaje a Roma cuando acudía para hacerse cargo del consulado, Atia quedó viuda con 26 años. De este enlace con Cayo Octavio Turino, Atia tuvo dos hijos: Octavia Turina (69 a.C.) y Cayo Octavio Turino (63 a.C.), joven que tras la adopción por parte de su tío-abuelo Julio César pasó a llamarse Cayo Julio César Octaviano -el futuro Emperador Octavio Augusto-.
. Dos años después de la muerte de Turino, Atia, se casó en segundas nupcias con Lucio Marcio Filipo, un disciplinado y férreo militar, General y Cónsul en 56 a.C., que, aunque en lazos familiares pertenecía al linaje de Pompeyo, era leal a la causa de Julio César; quizá fuera este el motivo por el que Filipo cayó tan bien en el entramado de los «Julios». Filipo, que no adoptó oficialmente a los hijos de Atia y que aportaba al enlace dos hijos de su anterior matrimonio, Filipo y Marcia, trató a los de ésta como si fueran suyos; esto fue reconocido por el propio Augusto cuando murió, rindiéndole honores de padre.

 . Por razones obvias de parentesco, Atia, sus hermanas y su madre Julia, siempre permanecieron bajo la tutela de su tío, el gran Julio César; pero la vida en la Corte no era una balsa de aceite, estaba llena de enredos y resentimientos. Las discrepancias entre Atia y el Dictador cada vez eran más patentes, sobre todo por el excesivo paternalismo que César ejercía sobre el joven vástago de Atia, Octavio. Aunque Atia trató por todos los medios de disuadir a su tío Julio César, éste que no tenía hijos varones, adoptó, en el año 45 a.C., al adolescente Octavio entregándole su nombre, su patrimonio (César era el hombre más rico de Roma) y su legado político; Atia, en una Roma llena de intrigas por el poder, temía por la vida de su hijo, un muchacho con una inteligencia desmesurada pero físicamente débil y asmático. Atia murió en el año 43 a.C., y pudo ver como su hijo, ese mismo año, llegaba a ser Cónsul de la República Romana; 15 años después (27 a.C.), el retoño de Atia, Cayo Julio César Octaviano –Octavio Augusto-, se convertía en el primer y más grande de los emperadores de Roma.

 . De la vida cotidiana de Atia hay muy poca información, tan solo algunos fragmentos de los historiadores Suetonio (70-126 d.C.) y Tácito (55-117 d.C.) en los que la describen como el ideal de la mujer romana: discreta, familiar y apasionada devota de los dioses; nada que ver con la conspiradora y promiscua individua que nos dibujan en la serie televisiva «Rome».
. Atia Balba Cesonia fue, en gran medida, la consecuente del linaje que rigió los destinos del Imperio Romano durante casi 100 años, la Dinastía Julio-Claudia; madre de Octavio Augusto, tía-abuela de Tiberio, bisabuela de Calígula y Claudio y tatarabuela de Nerón.

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©TruttaFario______El Arenal, XXVI – VI – MMXIV
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