TITO, Tito Flavio Vespasiano ——————– (Junio – 79 * Septiembre – 81)

  • Roma, 30 – Diciembre – 39   ♣♣♣♣   Sabina, 13 – Septiembre – 81.

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  En Mayo de 70 Vespasiano marchó hacia Roma para cumplir con sus obligaciones como Emperador dejando la conquista de la amurallada ciudad de Jerusalén en manos de su hijo mayor, el joven Tito, Tito Flavio Vespasiano. Al mando de cinco legiones, tropas auxiliares nativas y algunas cohortes egipcias bajo las órdenes de Tiberio Julio Alejandro (el Prefecto de Alejandría), total, más de 50.000 hombres, se presentó Tito a las puertas de la metrópoli sagrada con el mandato de acabar, de una vez por todas, con la sangrienta y costosa contienda: la primera guerra Judeo-Romana.

Asedio y destrucción de Jerusalén, año 70.

  Esta guerra tuvo su origen en Cesárea (Palestina) en 66 y desde entonces las bajas habían sido constantes; entre los judíos incontables, y Roma bajo el mando de Cayo Cestio Galo, Gobernador de Siria, perdió una legión entera (6.000 hombres) incluido el propio General. El Senado envió al nuevo Gobernador de Siria: Cayo Licinio Muciano, pero éste también se vio obligado a retroceder; en su apoyo acudió Tito Flavio Vespasiano, por aquel entonces Gobernador de África, restableciendo cierto orden en la Provincia. Los hebreos se hicieron fuertes atrincherándose en Jerusalén, fortaleza que parecía inexpugnable.

Onagro

 Jerusalén era una fortificación a prueba de asaltos, su conquista se antojaba harto difícil; por la peculiar construcción de la ciudadela había que realizar la ocupación por tramos. Tito hizo acopio de todo su ingenio para rendir la plaza. Los primeros bastiones fueron tomados por la fuerza gracias a la maquinaria de guerra (onagros, catapultas, balistas…) de que disponían las organizadas legiones romanas; pero quedaba lo más complicado: el centro de la ciudad, el Templo y la fortaleza Antonia. Tito tuvo que recurrir al soborno y la guerra psicológica pactando con algunos líderes judíos y exponiendo cadáveres para debilitar la moral del enemigo; durante semanas bloqueó el suministro de víveres para incitar al pillaje y que cundiera el desánimo. Cuando la hambruna empezó a hacer mella, Tito, invitó a los jefes hebreos a la rendición con el fin de evitar una carnicería, obteniendo la negativa por respuesta.

Balista

  En verano de 70, las legiones romanas abrieron una brecha en la fortaleza arrasando y asesinando todo ser vivo que encontraban en su camino, la sangría fue espeluznante; los soldados enfurecidos prendieron fuego al Templo, algo que no gustó a Tito. Aunque no hay datos exactos, durante este asedio perecieron más de medio millón judíos; tal fue el desastre que aún en nuestros días los hijos de Israel siguen conmemorando la fatídica fecha, el Tisha b´Av. En el año 71 dejó Tito apostadas en Judea varias guarniciones de veteranos, y él, viajó para Roma para recibir su merecido Triunfo; para los romanos Tito era un héroe, para los judíos su verdugo.

TITUS Flavius Vespasianus

  Tito Flavio Sabino Vespasiano nació en Roma el 30 de Diciembre de 39 y falleció en la Sabina (comarca  al Este de Roma, de donde era su padre) el 13 de Septiembre de 81, víctima de unas “sospechosas” fiebres. Su madre, Flavia Domitillia Mayor, mujer de clase humilde; su padre, Tito Flavio Vespasiano, hombre de origen plebeyo  que fue Emperador de Roma del año 69 a 79, uno de los grandes.

  Muy poco se sabe de la juventud de Tito, protegido y adorado por su padre, era su debilidad. Durante el reinado de Nerón fue Tribuno Militar en dos ocasiones: en Germania (con 19 años) y en Britania (con 21 años); continuando con el cursus honorum formó parte de la administración del Estado desempeñando el cargo de Cuestor (asuntos judiciales). A partir del año 63 estuvo siempre a la sombra de su padre, el General Flavio Vespasiano, acompañándole y ejerciendo como lugarteniente en las continuas disputas que Roma tenía en África y Oriente, incluso, asumiendo el mando, como fue el caso del asedio y conquista de Jerusalén, tenía Tito 30 años.

Catapulta

  Cuando su padre, el Emperador Vespasiano, se estableció en Roma lo tuvo siempre cerca del poder: fue Cónsul seis veces y Prefecto del Pretorio cuando la todopoderosa guardia había sido reestructurada siguiendo los cánones de la época de Octavio. Los últimos años imperiales de Vespasiano el joven Tito estuvo ejerciendo de “príncipe heredero”; de hecho, en más de una ocasión representó a su padre ante el Senado.

  El 23 de Junio de 79 moría Vespasiano sucediéndole, sin ningún tipo de conflicto, su hijo Tito Flavio Vespasiano; en la dilatada historia imperial era esta una circunstancia que se dio rara vez, que el hijo de un Emperador asumiera el “trono” como en una Monarquía. Después de la austera política económica de los primeros años, y luego, el buen hacer de Vespasiano, dejaban el Imperio en un estado más que aceptable; la única finalidad de Tito era continuar con los proyectos militares (Britania, donde seguía con su campaña el General Agrícola), arquitectónicos (Coliseo) y política social de su padre. Pero hay un enemigo contra el que no se puede luchar, las fuerzas de la naturaleza.

Erupción del Vesubio.

  El 24 de Agosto de 79 el Vesubio (en el Golfo de Nápoles) entró en erupción, ya había dado dos avisos en 63 y 76, arrasando por completo la populosa ciudad de Pompeya e inundando de cenizas a su vecina Herculano; no se sabe con exactitud las personas que perecieron pero en aquellos tiempos, Pompeya, podría estar habitada por 30.000 almas. Llevaba, Tito, poco más de dos meses en el poder y lo que parecía iba a ser una época tranquila en el Imperio comenzó truncándose.

  Tito Flavio Vespasiano, hombre que en sus años al mando de las legiones se comportó como un ser implacable con los enemigos, a veces, cruel; lo mismo sucedió el tiempo que estuvo como Prefecto de la Guardia Pretoriana, no dudó, por un momento en hacer ejecutar a militares de graduación (el General Aulo Cecina) que habían sido leales a Vitelio, acusándoles de conspirar contra el Emperador, algo que probablemente fuera cierto. En cambio, una vez en el poder sufrió una especie de metamorfosis comportándose como una persona afable, dialogante y alegre, incluso, mollar. Con esta actitud se presentó en la Campania (región: Avelino, Benevento, Caserta, Nápoles y Salerno) con una delegación senatorial, lugar del desastre volcánico para prestar su apoyo a los supervivientes, haciendo uso de los fondos del Erario Público sin escatimar en gastos. Pero los infortunios no vienen solos; aún se estaban lamentando de la tragedia producida por el Vesubio cuando en la primavera del año 80 se desató un incendio en la zona noble de Roma arrasando importantes edificios incluida la Biblioteca Augusta; nuevamente, Tito, dio muestras de hombre de Estado accediendo a la debilitadas arcas y vendiendo reliquias de los templos para financiar los costes producidos por la deflagración. Para más inri, este mismo año una epidemia de peste maltrató parte de la Península Itálica. El primer año y medio de entronización de Tito estuvo colmado de desgracias.

Arco de Tito

 El año siguiente (81) se dio por finalizada la majestuosa construcción del Anfiteatro Flavio, El Coliseum, junto con unas termas que llevaban el nombre del Emperador: Termas de Tito. Para celebrar este acontecimiento, el Emperador Tito organizó unos festejos de tres meses de duración, pero la alegría del Pueblo se tornó en luto cuando desde la Sabina llegó la noticia del fallecimiento del soberano. Tito había viajado a la comarca de sus antepasados con el fin de descansar y curarse de unas fiebres que venía arrastrando desde hacía un tiempo, pero no hubo solución, el 13 de Septiembre de 81 moría el décimo Emperador de Roma con tan sólo 42 años. Para los judíos fue víctima de un castigo divino por el sacrílego incendio del Templo de Jerusalén; para sus médicos, una rara enfermedad y para sus íntimos, un lento envenenamiento organizado por su codicioso hermano: Tito Flavio Domiciano.

  Tito no tuvo descendencia masculina; su primer matrimonio fue con Arrecina Tértula (año 63), mujer que murió en 65. Ese mismo año se unió a Marcia Furnila, esposa a la que repudió (67) por considerarla cercana a los enemigos de su padre Vespasiano, con Marcia tuvo una hija, Julia Flavia, que después de su muerte se convirtió en la amante de su hermano Domiciano. Tito no volvió a casarse, pero tuvo una larga colección de amantes, entre ellas, la bellísima judía Berenice, hija de Herodes Agripa I, joven con la que pretendía casarse, algo escandaloso entre los ciudadanos de Roma; cambió de opinión por orden de su padre, los romanos eran muy antisemitas.

  Con la muerte del joven Tito, Roma tuvo dos males: por un lado perdían lo que, a priori, iba a ser un buen Emperador, y por otro, subía al trono el tercero de los Flavios: el celoso y déspota Tito Flavio Domiciano.

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Fuentes:
Francesco Bertolini, Edward Gibbon, Indro Montanelli, Theodor Mommsen.
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