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 El eclipse lunar es un fenómeno astronómico que se produce al menos dos veces al año; se puede dar la situación de que este suceso se de hasta en cuatro ocasiones el mismo año, este será el caso en 2020 que habrá cuatro (enero, junio, julio y noviembre), todos ellos penumbrales, o en 2028 que serán tres (enero, julio y diciembre), dos parciales y uno total. El eclipse lunar se origina cuando la Tierra, en su órbita alrededor del Sol, se interpone entre su estrella y su satélite natural la Luna. Los eclipses lunares, igual que ocurre con los solares, son de tres tipos; en los solares son anular, parcial o total, y en los lunares penumbral, parcial o total. Penumbral: cuando la Luna, únicamente, pasa por la zona Penumbra, es prácticamente inapreciable; parcial: cuando la Luna sólo se desplaza por un sector de la zona Umbra; total: cuando el satélite queda inmerso totalmente en el soportal Umbra.

 El eclipse total de Luna tiene una peculiaridad especial: Luna Roja o Luna de Sangre. Esta «rareza» tiene una explicación científica: el espectro de la luz solar, al atravesar la atmósfera terrestre, queda absorbida tornándose de un color rojizo que, a su vez, es refractada a la superficie de la Luna dando al satélite un aspecto maléfico y espectacular. En el folclore, la leyenda urbana y, sobre todo, la religión con puntualizaciones apocalípticas («El sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre, antes de la venida del Día de Yahveh, grande y terrible»), esta apariencia ha servido para asociarla a catástrofes y matices históricos; nada más lejos de la realidad, desgracias, hecatombes y siniestros ocurren todos los días.

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©TruttaFario______El Arenal, XXVII – IX – MMXV
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