Divinidades romanas.

Pax Deorum.

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. «El Estado, las familias, los hechos de la naturaleza, los del mundo moral, los hombres, los lugares, los objetos y hasta los actos del dominio de la ley se reflejan en el sistema de las deidades romanas». – Theodor Mommsen -.

 . Al contrario que en otras culturas de la antigüedad que se forjaron alrededor de unas creencias y unos dioses, los romanos fueron recolectando las divinidades de los lugares que iban sometiendo; en este sentido no tuvieron ningún tipo de prejuicios. En las zonas conquistadas no se ponían trabas a los dogmas ni a sus omnipotentes, todo lo contrario, en muchos casos fueron incorporados a la larga lista de todopoderosos: la diosa egipcia Isis, símbolo del trono, esposa de Osiris y madre de Horus, fue venerada por los romanos; el dios del Sol sirio El-Gabal, importado por el Emperador Heliogábalo en el Siglo III, fue reverenciado por un gran sector del ejército y hasta Jesús el Galileo fue incorporado al repertorio por el joven Emperador Alejandro Severo. Estos son de los más conocidos, pero el inventario era interminable; algunos eruditos afirman que la lista de dioses era de decenas de miles: para la siembra, para las cosechas, para la labranza, para la recolección, para los animales, para las plantas, para los árboles, para la concepción, para las preñadas, para los partos… más que santos tiene la Iglesia. Divinidades romanas . Pero los grandes contribuyentes a la genealogía del culto romano fueron los griegos. El origen de la religión romana es borrosa, es una utopía que mezcla la leyenda y la mitología: >> Después de la caída de la fortaleza de Troya cuando los griegos, encabezados por Ulises, saquearon la ciudad, el titán Eneas, hijo de Afrodita, huyó errando por el mundo hasta desembarcar en Italia; con su pequeño equipaje, en el que también llevaba la memoria de sus progenitores, atravesó bosques y montañas y arribó en la Lacio. Allí, como era hijo de una diosa, se casó con la hija del Rey local, fundó su propia ciudad y tuvo descendencia; después de varias generaciones, el dios Ares, en uno de sus devaneos amorosos, copuló abusivamente con una descendiente del troyano Eneas llamada Rea Silvia. De este apareamiento nacieron dos vástagos, Rómulo y Remo, que al ser fruto de una violación fueron abandonados en el río Tíber; la fortuna quiso que una loba, Luperca, al oír los lamentos de las criaturas, se apiadara de ellos, los amamantó y los crió. Al llegar a la adolescencia empezaron las disputas entre los dos hermanos; Rómulo mató a Remo y se erigió como único Rey de la ciudad que habían fundado con su nombre: Roma. Rómulo promulgó normas y leyes y proporcionó dioses, los dioses de sus antepasados: Zeus y Hera, pero con el nombre latino: Júpiter y Juno, y también una diosa del sur de la península llamada Minerva que era la equivalente de la diosa griega Atenea <<. Lógicamente todo esto es una fábula, un cuento; Roma, desde su fundación el 21 de Abril de 753 a.C. necesitaba un conglomerado religioso, no era suficiente con tener protectores sobrenaturales sin forma ni sexo, aparte de leyes y preceptos, requería de sus propios dioses.Dioses romanos.. . Todas las civilizaciones de la antigüedad (egipcios, mayas, griegos, aztecas, nórdicos..) relacionaron gran parte de sus glorias y sus reveses con los poderes sobrenaturales: los éxitos, las victorias y, también, las catástrofes y los fracasos, estaban asociados a seres celestiales; pero los romanos fueron menos ingeniosos, o tal vez más prácticos, en lugar de concebir deidades a las que encomendarse, las copiaron.
. Durante la época monárquica (753 a.C.-509 a.C.) fueron tres los principales dioses venerados, Tríada Capitolina, terceto que con el paso de los años tuvo algunas variaciones; primero fue la Tríada Arcaica compuesta por Júpiter, Marte y Quirino y luego, por el efecto de la pujanza etrusca, la referida Tríada Capitolina: Júpiter, Juno y Minerva.
. En la República (509 a.C.-27 a.C.), debido a la enorme influencia griega cultural y política, la religión evolucionó hasta convertirse en una singularidad de la República Romana. Según detalla el poeta e historiador Quinto Ennio doce fueron las divinidades que originalmente formaron el Panteón Romano: Júpiter, Juno, Minerva, Marte, Mercurio, Venus, Vesta, Ceres, Diana, Neptuno, Vulcano y Apolo. La imposición de un sistema religioso trajo consigo una organización «sacerdotal», pontífices, augures, vestales, flámines…: Gran Pontífice o Pontifex Maximus: la cabeza responsable de los asuntos religiosos, de hacer respetar las ceremonias, el Papa de los católicos; este cargo, durante la República, estaba reservado a los patricios, en el principado pasó a manos del Emperador convirtiéndose en un dios viviente. Augures: encargados de la interpretación y los auspicios, cuando un auspicio quedaba explicado se convertía en augurio. Vestales: seis sacerdotisas vírgenes al servicio de la diosa Vesta encargadas de mantener encendido el fuego día y noche, si se apagaba la llama eran severamente castigadas y si rompían el voto de castidad se las condenaba a muerte. Flámines: quince sacerdotes administradores, tres mayores que se ocupaban de la Tríada y doce menores responsables del resto de los dioses.
. Hubo otras muchas congregaciones religiosas, cada una con sus competencias: arúspices, salios, arvales, feciales, etc. A medida que la Historia de Roma avanzaba el número de deidades aumentaba, casi siempre con dioses importados; curiosamente, cada vez que una divinidad incrementaba la lista requería de la aprobación del Senado, durante la República, o del Augusto, durante el Imperio.Júpiter y Juno (rubens)Angerona: Diosa de los enigmas, de lo oculto y del silencio. Se la representa con un dedo en los labios indicando sosiego.
Apolo: Una debilidad para los romanos, fue el más típico de los dioses griegos y mantuvo su nombre. Dios de la luz, del canto y de la música; gran guerrero que dio muerte con sus flechas a la monstruosa serpiente Pitón. Según los griegos era padre de Asclepios (Esculapio), Dios de la medicina.
Baco: Para los griegos, Dionisos. Dios del misterio, de la magia y del éxtasis. En honor a este Dios se celebraban fiestas orgiásticas donde no faltaba el sexo y el vino: bacanales.
Bona Dea: Diosa de la fertilidad. En Grecia, Hécate.
Ceres: Nominación romana de Deméter. Diosa de la agricultura.
Concordia: Divinidad del equilibrio, la armonía y el buen entendimiento.
Cupido: Dios del amor entre los mortales. Aparecía en primavera, cuando las flores revestían la tierra, esparciendo pasión y fecundidad con sus flechas.
Diana: Diosa virgen de las montañas, de la floresta y de la frondosidad; también asociada a la fecundidad masculina. Para los griegos, Artemisa.
Dis Pater: Deidad del mundo subterráneo al servicio de Plutón, padre de las riquezas del inframundo.
Egeria: Ninfa de los arroyos y de los manantiales ligada a Diana, suplicada por las mujeres durante el parto para aliviar los dolores.
Epona: Diosa del mundo ecuestre nacida de un humano y una yegua.
Fauno: Dios de la fertilidad de la tierra. Era el Dios Pan de los griegos, patrón de los pastores y los rebaños; también asociado a la actividad sexual masculina.
Fortuna: Diosa de la felicidad, también de la buena o mala suerte.
Hércules: El semidiós griego Heracles. Símbolo de la lucha y la virilidad, uno de los dioses más esparcido por todo el Imperio; los romanos, aunque ya tenía muchas, le agregaron unas cuantas leyendas: gestas y hazañas en Italia e Hispania.Dios Jano
Jano: Dios romano por excelencia, no tenía analogía con ninguna divinidad griega. Se le representaba con dos rostros, uno mirando al futuro y otro al pasado; era el comienzo de todo y se le invocaba antes que al mismo Júpiter.
Juno: Esposa de Júpiter, Hera en la mitología griega. Benefactora de las madres y los niños, también Diosa de la guerra.
Júpiter: El más grande de las divinidades, el más poderoso de mortales e inmortales, padre de los dioses y los hombres, señor del bien y del mal, del orden y el caos. Era el protector de Roma:  Iuppiter Optimus Maximus. Zeus, en el Olimpo de los griegos.
Lua: La versión femenina del Dios griego Saturno, diosa de la esterilidad y la devastación.
Lucina: Diosa de los dolores del parto y el alumbramiento.
Luna: Selene para los griegos, aunque ya los etruscos la adoraban con el nombre de Losna; hermana de Helios (el sol) y de Eos (la aurora). Montada en un carro de plata tirado por dos caballos, diosa de los espectáculos y el circo.
Marte: Dios de la guerra, en la mitología griega Ares. Hijo de Júpiter y Juno; después de Júpiter era el Dios más venerado por los romanos; se le rendían honores y sacrificios al empezar la primavera, ya que era en Marzo (mes que lleva su nombre) cuando daban comienzo las campañas guerreras.
Matuta: Diosa del amanecer, de la aurora (matutino).
Mercurio: El mensajero de los dioses. Divinidad secundaria, simpática y servicial, que se ganó el aprecio de los demás dioses y de los humanos; protector de los caminantes, de los pastores y de la elocuencia, también, acompañante de los muertos en el reino de las sombras. En Grecia, Hermes.
Minerva: Análoga a la griega Atenea. Diosa de origen etrusco patrona de los artistas, los inventores y los artesanos; muy relacionada con el mundo de la cultura.
Neptuno: Después de Júpiter era el más grande de los dioses. Divinidad de mares y océanos, de ríos y tormentas; en la mitología griega, Poseidón.
Ops: Diosa de la abundancia, esposa de Saturno.
Plutón: Dios del inframundo, de los muertos y de los infiernos; el Hades griego. Para los romanos, también, señor de los tesoros subterráneos.
Quirino: Dios primitivo que, junto a Júpiter y Marte, formó la primera Tríada de dioses romanos. Para sabinos y etruscos, el Dios fundador.
Saturno: Hijo de Urano y Tellus, encarnación del tiempo; se le representa con un reloj de arena y una guadaña. Dios del calendario, de las estaciones y las cosechas. En el Olimpo griego, Cronos.
Silvano: Divinidad romana. Protector de animales domésticos, de los campos y el arbolado.
Spes: Implicación de Esperanza, Diosa a la que invocaban desvalidos campesinos y grávidas mujeres. Se la representa como una dulce doncella con alegre sonrisa.
Tellus: Representación de la Tierra, Gea o Gaia para los griegos. Diosa de todo lo maternal y de la concepción femenina.
Venus: Afrodita. Símbolo del amor, de la primavera y de todos los atractivos de la naturaleza. Muy importante para los romanos, que también la asociaron con la fecundidad y la lujuria.
Vesta: Diosa de la morada doméstica, era la deidad del hogar por antonomasia; su culto dependía del Pontifex Maximus y las vestales.
Vulcano: El Dios Hefesto de los griegos. Dios del fuego y de los metales.

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©TruttaFario______El Arenal, XI – VI – MMXIV
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http://editorialcirculorojo.com/cronologia-del-imperio-emperadores/

2 comentarios el “Divinidades romanas.

  1. Rosa Isabel dice:

    Permíteme incluso añadir una divinidad a este ya nutrido panteón: Mitra, un dios de origen en India y Persia, que ha dejado numerosos restos materiales en forma de espacios de culto, exvotos y esculturas por todo el imperio, incluída Hispania. Ello a pesar de tratarse de una de las religiones llamadas «de misterios», cuyos rituales eran secretos; de hecho, hoy día son desconocidos.

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