FILIPO el ÁRABE, Marco Julio Filipo —– (Febrero – 244 * Septiembre – 249)

  • Shabha (Siria) – 204  ♦♦♦♦  Verona (Italia) – Septiembre, 249 .

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  Continuando con el corrupto sistema militar que demolía el Imperio desde la finalizada dinastía Severa y llegada al poder del  expoliador Maximino el Tracio, Marco Julio Filipo, un codicioso General, se había deshecho de forma astuta, seguramente envenenado, del protector y mentor del Emperador Gordiano III en 243 durante la campaña contra los persas: el Prefecto del Pretorio Cayo Fulvio Timesiteo. Eliminado el bienhechor del joven príncipe, el propio Gordiano, persuadido por Cayo Julio Prisco (hermano mayor de Filipo), otorgó el cargo de Prefecto al menor de los “julios”. Teniendo en cuenta la inexperiencia castrense del Emperador, Filipo y Prisco se convertían en los poderosos hombres de Roma; pero la ambición de Marco Julio Filipo no se ceñía únicamente a tener el mando del ejército, su aspiración, arengado por su hermano Prisco y parte de sus oficiales, era hacerse con el poder imperial, el “manto púrpura”.

  La artimaña utilizada por Filipo para desprestigiar a Gordiano Pio fue la de evidenciar la incompetencia como dirigente militar del adolescente Emperador, para ello, bloqueó el abastecimiento de provisiones y apremió a cierta desorganización dentro de la milicia. La seria derrota sufrida por los romanos a primeros de 244 en la Batalla de Misiche, cerca de Faluya (Irak), fue el detonante para que una exaltada soldadesca aniquilara a Gordiano Pio y aclamara Emperador a Marco Julio Filipo. Con gran celeridad, Filipo, envió notificaciones al Senado sobre la “muerte natural” de Gordiano y la proclamación de él mismo, por las tropas de Oriente, como nuevo Emperador.

Marcus Iulius Philippus, Filipo el Árabe.

Marco Julio Filipo nació en Shahba, ciudad de la provincia romana de Siria, 80 km. al Sur de Damasco, en 204, y murió en Verona (Italia), Septiembre de 249 durante la batalla que le enfrentó a su contrincante, el usurpador Cayo Mesio Quinto Decio Trajano.

  Prácticamente nada se sabe de la infancia y juventud de Filipo; su padre, un ciudadano romano originario de Siria, Cayo Julio Marino, un aventurero jefe de alguna tribu local que se incorporó al ejército romano hasta llegar a formar parte del orden ecuestre, seguramente, Filipo y su hermano Prisco, siguieron los pasos del padre ingresando en la Guardia Pretoriana y escalando posiciones en este cuerpo de élite. Su descendencia siria es lo que hizo que el futuro fuera conocido como Filipo el “Árabe”; de la madre no se tienen datos.

  En 232, Filipo, contrajo matrimonio con Marcia Otacilia Severa, joven romana de la nobleza, con la que tuvo dos hijos: Marco Julio Severo Filipo y Julia Severa (Severina).

  En Febrero de 244, cuando Filipo fue aclamado Emperador por las legiones, las primeras medidas del recién proclamado fueron las de pactar una conciliación con Sapor I, Rey del Imperio Sasánida, a base de oro y cediendo parte de las provincias de Mesopotamia y Armenia; por otro lado, organizó unos esplendorosos funerales en honor del difunto Gordiano Pio, levantando un mausoleo a orillas del Éufrates, honrando al príncipe y enviando las cenizas a Roma. Lo de divinizar a los emperadores asesinados era algo común entre los usurpadores, hombres que llegaban al poder por la fuerza, sobre todo, si el ejecutado tenía buena prensa entre la plebe, como era el caso del joven Gordiano; todo con la finalidad de ganarse la benevolencia del Pueblo y el Senado.

  El indecoroso tratado del Emperador de Roma con Sapor I, fue asumido por Filipo como si de un triunfo se tratara, adjudicándose los títulos de Parthicus Máximus y Pérsicus Máximus. Solucionados los asuntos funerarios y militares, licenció a los legionarios leales a Gordiano Pio y preparó la marcha hacia la metrópoli para ser reconocido Augusto por el Senado de Roma y celebrar su Triunfo por la “victoria” contra los persas, dejando todo el mando de las tropas de Oriente en manos de su hermano Cayo Julio Prisco: hombre, que en breve, se convertiría en un reyezuelo déspota.

Marcia Otacilia Severa.

  A su llegada a Roma, Filipo I, fue ratificado por el Senado como Imperator, acto seguido, concedió el título de “Augusta” a su esposa Marcia Otacilia Severa y el de “César” a su hijo Marco Julio Severo Filipo (Filipo II); también Filipo el Árabe, quería crear su propia dinastía.

  Con intención de obtener apreciación por parte del Pueblo y el Senado, Filipo, realizó importantes donativos a diversas instituciones y promulgó una amnistía para desertores y delincuentes comunes; también puso mucho énfasis en remodelar edificios y calzadas, así, como nuevas canalizaciones para el suministro de agua. Durante su mandato se dictaron numerosas leyes, la mayoría de tipo moral: penas más severas para los bandidos, prohibición de la castración, amplia legalización de los burdeles, facilitar empleos públicos a los hijos de oficiales en campaña… por primera vez, se tomaron medidas contra la homosexualidad; esto podría ser consecuencia de la simpatía que la familia de Filipo sentía por el cristianismo: según deja entrever en sus escritos el Obispo Eusebio de Cesarea (275-339), Filipo el Árabe, fue el primer Emperador Cristiano, aunque esto es algo muy dudoso, lo que si es cierto, es que Filipo como algunos de sus antecesores, fueron muy comprensivos con la filosofía cristiana.

La relativa tranquilidad que el Imperio había disfrutado con Gordiano Pio, pronto se vio truncada. En 275, godos, carpos y germanos, invadieron Moesia, Panonia y cruzaron el Danubio; después de varias escaramuzas, el propio Filipo intervino en la contienda haciendo retroceder  a los ocupantes, pero no fue una gloria rotunda, los soldados no estaban nada conformes con los salarios y el reparto del pillaje; en breve, el descontento entre la soldadesca fomentaría sublevaciones internas. Tras esta victoria, Filipo, regresó a Roma (247), se apropió un nuevo título: Germánicus Máximus Cárpicus y celebró un Triunfo por los éxitos del Danubio.

Rómulo y Remo amamantados por la loba Luperca.

Se presentaba 248 como un año glorioso para el Imperio, se iban a celebrar unos esplendorosos Juegos Seculares para conmemorar el año 1.000 de la fundación de Roma. {Cuenta la leyenda que el Dios Marte tuvo dos hijos mellizos con una humana, Rómulo y Remo, y que fueron amamantados por una “Loba”, Luperca. Rómulo, siguiendo la profecía, mató a su hermano y se erigió como único Rey de Roma: 21 de Abril de 753 a.d.C., año uno de Roma].

  Los Juegos Seculares (derivación del latín, “ciclos”) tenían su origen desde la época de Octavio Augusto con la idea de celebrar acontecimientos que marcaran un tiempo, un ciclo; así pues, se festejó el año 800 con Claudio y el 900 con Antonino Pio. En este caso, el evento fue espectacular: 2000 gladiadores y todo tipo de fieras y animales exóticos colmaron el Coliseo y el Circo Máximo, fue la primera vez que en Roma se vieron hipopótamos y rinocerontes. Fueron los juegos más fastuosos, y los últimos, nunca más hubo Juegos Seculares en Roma.

  Las cañas se tornaron lanzas, no habían finalizado los juegos, cuando por Oriente y el Norte surgieron las revueltas. En Oriente, Cayo Julio Prisco, con el título de “Rector Orientis”, gobernaba la zona con una tiranía desmesurada cosiendo a impuestos a los habitantes de la comarca y menospreciando al ejército, una importante facción de las legiones se sublevó aclamando emperador a un tal Marco Fulvio Rufo Jotapiano; el motín fracasó y el impostor fue ejecutado. En la oriental provincia de Siria, un religioso aristócrata (Julio Aurelio Sulpicio) se hizo con el poder de la región y no fue destituido hasta 254, época del Emperador Valeriano.

  Por el Norte, Tiberio Claudio Marino Pacatiano, un oficial de rango medio, con soldados y mercenarios, se había adueñado de Moesia y Panonia; en este caso, Filipo, para eliminar a los sediciosos, envió a la zona a un General de prestigio, Cayo Mesio Quinto Decio: un Consular que gozaba de la simpatía de gran parte del Senado. Al veterano Decio, comandante en jefe de las tropas del Danubio, no le costó mucho acabar con los insurrectos. Las legiones del Norte, hartas de Filipo y su hermano Prisco, ensalzaron Emperador a Decio; en principio, Decio, rehusó el nombramiento alegando lealtad al Emperador Filipo el Árabe, pero la insistencia de la encrespada soldadesca le hicieron cambiar de opinión, no fuera que eligieran a otro y él, acabara en el patíbulo.

  Cuando llegó a Roma la noticia de la proclamación de Decio, Filipo se puso al frente de sus legiones para deponer al usurpador. El fratricida encuentro tuvo lugar cerca de la actual Verona, siendo la victoria para Cayo Mesio Quinto Decio; el Emperador Filipo murió en la contienda, aunque también es probable, que fuera arrestado y ejecutado varios días después. Una vez recibida la notificación en la metrópoli del desenlace, finales de Septiembre de 249, los pretorianos asesinaron al hijo de Filipo, Filipo II, un niño de 10 años, y el Senado sancionó a Decio Trajano como nuevo Emperador.

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© TruttaFario___COMPLVTVM, XXVII – VIII – MMXII  
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Fuentes:
Indro Montanelli, Theodor Mommsen, Isaac Asimov, Edward Gibbon.
Wikipedia, Google.

8 comentarios el “FILIPO el ÁRABE, Marco Julio Filipo —– (Febrero – 244 * Septiembre – 249)

  1. CHAKER HARES HADDAD dice:

    muchas gracias por sus articulos,,,,pero el nombre de la cuidad es chahba no chabha saludos..

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  2. Yoly dice:

    Me ha gustado mucho, ¿porqué ya no hubo más juegos?, supongo que tendré que esperar al próximo post.

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  3. Muy interesante! gracias por darnos a conocer la historia,en cada una de estas narraciones aprendo algo.

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  4. Mayte dice:

    Me llama la atención la prontitud con la que el cristianismo atacó a los homosexuales y también la crueldad de la guardia pretoriana. No entiendo ninguna de las dos acciones.

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