•    Mediolanum (Milán), 30 – Enero – 133  ♦♦♦♦  Roma, 1 – Junio – 193.

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  El 28 de Marzo de 193 (una vez asesinado Pértinax) se produjo en Roma uno de los hechos más despreciables de toda su Historia Imperial: la pérfida Guardia Pretoriana puso el Imperio a subasta. A la puja se presentaron, por un lado, Tito Flavio Sulpiciano suegro del difunto Pértinax, que compareció ante los pretorianos como Prefecto de Roma, ofreciendo 20.000 sestercios (30.000 €. aproximadamente) por guardia; abierta la veda, el rico Senador consular Marco Didio Severo Juliano, ofreció la exuberante suma de 25.000 sestercios (40.000 €.), sin dudarlo, los pretorianos adjudicaron el trono al mejor postor, obligando al Senado a designar a Juliano como nuevo Emperador de Roma.

Marcus Didius Severus Julianus

  Marco Didio Severo Juliano nació en Mediolanum (Milán) el 30 de Enero de 133 y murió en Roma, asesinado por orden de su sucesor Lucio Septimio Severo, el 2 de Junio de 193.

  Descendía Juliano de una acaudalada familia de Milán, su padre, Salvio Juliano, fue uno de los hombres de la judicatura más prestigioso de la época del Emperador Adriano; su madre, Emilia Clara, mujer de clase alta de algún lugar de la provincia de África.

  Como todos los jóvenes nobles de ese período, pasó a formar parte de las instituciones y política del Estado a través del Cursus Honorum. Si militarmente nunca fue un portento, en materia política y administrativa desempeñó importantes cometidos con bastante acierto. El primer cargo de relevancia le fue asignado en Mogontiacum (Renania) como Pretor; de 170 a 182 fue Gobernador en diversas Provincias del Imperio: en 170 de Galia Bélgica, en 176 de Iliria (los Balcanes), en 178 de Germania Inferior y en 181 de Bitinia (Asia Menor). Con la llegada de Cómodo al poder, las diferencias políticas y el hecho de verse implicado en reuniones opositoras para relegar al Emperador, apartaron a Didio Juliano momentáneamente de los asuntos de Estado, exiliándose voluntariamente hasta 188, año que fue enviado como Procónsul a las Provincias de África (189-190) y Asia (191-192).

La vergonzosa manera de acceder al trono imperial del millonario Didio Juliano no presagiaba nada bueno, se puede comprar el poder pero no la lealtad; los pretorianos habían conseguido sus pretensiones económicas y tenían en sus manos la potestad de manipular el Imperio a su antojo, pero en su contra estaba gran parte del Senado, un Pueblo encrespado y unas legiones irritadas. Una nueva guerra civil por la sucesión, como ocurriera 124 años antes con el asesinato de Galba, estaba germinando en las Provincias.

Britania, Panonia, Siria.

Aunque trató, Juliano, de ganarse el favor de la plebe suprimiendo algunas medidas de austeridad y con promesas a largo plazo, el Pueblo y el Senado no confiaban en él ni en los ominosos hombres que lo habían aupado al trono; temían que Juliano se convirtiera en un tirano que hiciera de Roma un Estado policial, olvidándose de las tradiciones liberales y republicanas que tan buenos resultados habían dado al Imperio.

Décimo Clodio Albino: Gobernador de Britania

  Pero el gran problema para Didio Juliano y “su leal” Guardia Pretoriana surgió en las legiones establecidas en las Provincias, el ejército representaba al Senado y al Pueblo de Roma y no estaban dispuestos a permitir que los volubles pretorianos dispusieran del Imperio a su antojo.

Como si estuvieran orquestadas, se sublevaron al unísono las legiones de Britania, Siria y Panonia (Hungría-Austria). En Britania fue aclamado Emperador Décimo Clodio Albino, en Siria Cayo Pescenio Niger y en Panonia, Lucio Septimio Severo. El más preparado prestigiosa y militarmente para acudir a la metrópoli, era Severo, que hostigado por sus hombres, y con el apoyo de Albino, marchó hacia Roma para destituir al licitador Juliano. El tercero en discordia, Pescenio Niger, con un ejército más reducido y en peor situación estratégica, optó por ver que deparaba la contienda entre el Emperador Juliano y las legiones de Severo, para, llegado el momento, entrar en la refriega; Pescenio Niger, sabedor de su inferioridad militar se dejó querer por reyes locales de Asia para formar un ejército capaz de hacer frente al vencedor.

Cayo Pescenio Niger: Gobernador de Siria.

  Cuando al Emperador Didio Juliano tuvo noticias  de que las tropas de Septimio Severo estaban en Italia, se preparó para defender la ciudad haciendo uso de todos los hombres disponibles, pero el Senado, al que había obligado a declarar enemigo público al proclamado Severo, le volvió la espalda y los pretorianos, con la que se avecinaba, ya no eran tan “leales”. Viéndose perdido, Didio Juliano, cambió a los jefes del Pretorio, aniquilando a los existentes; trató de ganarse el amparo de algunos senadores con promesas económicas y, por último, le ofreció al rebelde Septimio Severo, compartir el Imperio; pero la suerte ya estaba echada. El aspirante Severo, sabiendo de la frivolidad de los pretorianos, mandó emisarios prometiendo el perdón a los asesinos de Pértinax; con esta misiva se esfumaron las dudas de los indignos soldados.

El 1 de Junio de 193 el Senado de Roma proclamó Emperador a Lucio Septimio Severo y declaró reo de muerte a Marco Didio Juliano, que fue ejecutado en su lecho al día siguiente. Los breves reinados de Pértinax y Juliano estuvieron llenos de intrigas y deslealtades, de hecho, algunos eruditos han denominado 193 como “el año de los cinco Emperadores”, dos aclamados por las legiones (Clodio Albino y Pescenio Niger) y tres sancionados por el Senado: Pértinax, Didio Juliano y Septimio Severo.

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©TruttaFario__COMPLVTVM,  X – V – MMXII 
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Fuentes:
Francisco Bertolini, Isaac Asimov.
Wikipedia.